Carta del Hermano Mayor

Queridos hermanos,

A pesar de las circunstancias que estamos viviendo, me dirijo hoy a vosotros para felicitaros doblemente en este día, en el que con la alegría de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, conmemoramos el sesenta aniversario de nuestra primera salida procesional.

La llegada de la Pascua no nos permite este año recordar una reciente Estación de Penitencia por las calles de nuestra ciudad, pero sí el Miércoles Santo en el que más unidos hemos estado, orando por la situación que vive el país y por las personas que necesitan el auxilio del Señor para superar esta enfermedad, y así debemos seguir. Desde casa hemos dado testimonio de Hermandad y todos debemos estar orgullosos de ello. No puedo dejar de agradecer a todos vosotros las enormes muestras de cariño que la Hermandad ha recibido estos días y la disposición que habéis tenido en colaborar con todo lo que se necesitara. También quiero acordarme de la cercanía de todas la Hermandades de Granada – hemos sido una, todos los días de Semana Santa – de la disposición constante de la Real Federación con su Presidente al frente y de las palabras de apoyo y cariño de nuestro Sr. Arzobispo y del Sr. Alcalde. Juntos hemos llegado a la gloria de la Resurrección y ahora debemos vivir este tiempo de Pascua con paciencia hasta que la normalidad y la alegría propia de esta época vuelvan a hacerse presentes en nuestra sociedad.

Pero hoy también nos acordamos de otro Miércoles Santo, de aquel del año 1960, en el que nuestro querido y recordado Don Francisco Gómez Montalvo con un grupo de hermanos, a los que siempre estaremos agradecidos, sumaron esfuerzos para sacar por vez primera nuestra Cofradía a las calles de Granada.  No soy yo el que pueda contar muchas cosas de esa primera salida, pero según recogen algunos testimonios o la prensa de la época, un paso de tulipanes con cuatro grandes candeleros en las esquinas y unas sencillas parihuelas con calas y claveles blancos eran los magníficos pasos que acogieron por vez primera a Nuestros Sagrados Titulares. Hermanos con hábito morado y amarillo oro, y un gran número de camareras presididas por su camarera mayor – la única que ha tenido la Hermandad – Dª Josefa Montalvo, que con tanto cariño cuidó de Nuestra Virgen durante muchos años. Así se escribía una de las primeras páginas de la historia de nuestra Cofradía.

Desde entonces hasta ahora, se ha desarrollado la vida de nuestra Hermandad construida por cada uno de vosotros. Todos los hermanos y los que en algún momento lo han sido, aquellos que han desempeñado responsabilidades en las distintas Juntas de Gobierno, los Consiliarios (D. Nicolás, D. Aureliano, D. Francisco, D. Antonio y D. Manuel – que nos dirige en la actualidad –), los Mayordomos Sacramentales, en especial los actuales Francisco Rivera y Sra., a los que desde aquí mando un abrazo, y por supuesto, los hermanos que han tenido el privilegio de dirigir la Hermandad y sucedieron a Don Francisco, destacando, como no puede ser de otra forma, la gran labor de nuestro querido José Luís Pérez – Serrabona, historia y presente de la Hermandad, que con total dedicación nos ha legado la Hermandad que hoy conocemos.

A todos os quiero mandar hoy mi felicitación pascual, con la seguridad de que Cristo Resucitado vive entre nosotros, y mi felicitación por esta efeméride que hoy conmemoramos, a la que uno el deseo de retomar pronto la vida cotidiana y desarrollar con ilusión los muchos proyectos que tenemos para seguir construyendo nuestra querida Hermandad de Paciencia y Penas.

Un fraternal abrazo,

Fernando García

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